Page 478 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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a dormir, enroscado en un bulto desdichado lleno de

            mocos, como un bebé humano agotado.

                —Estoy aquí con falsos pretextos, Isaac. El mensaje


            que recibí es que me convenía dejarme caer por tu casa.

            —Lemuel lo miró con aire inquisitivo.

                —Mierda, Lemuel, maleante de baja estofa —explotó


            Isaac—. ¿Es eso lo que te preocupa? Que te folien. Me

            aseguraré de que consigas lo tuyo, ¿de acuerdo? ¿Te


            gusta  así?  Y  ahora  atiende,  cabrón:  alguien  ha  sido

            atacado por algo que surgió de uno de los gusanos que

            tú  me  conseguiste,  y  necesitamos  detenerlo  antes  de


            que ataque a alguien más, y necesitamos saber qué es,

            así que tenemos que descubrir de dónde coño salió, y


            tenemos  que  hacerlo  cagando  hostias.  ¿Me  sigues,

            viejo?

                Lemuel se sintió intimidado por aquel estallido.


                —Mira,  no  me  eches  a  mí  la  culpa...  —comenzó,

            antes de que Isaac lo interrumpiera con un aullido de

            irritación.


                —  ¡Me  cago  en  la  hostia,  Lemuel,  nadie  te  está

            echando la culpa, gilipollas! ¡Todo lo contrario! Lo que

            estoy diciendo es que eres un comerciante demasiado


            bueno  como  para  no  llevar  anotaciones  de  todo,  y

            necesito  que  las  compruebes.  Los  dos  sabemos  que


            todo pasa a través de ti... Tienes que conseguirme el

            nombre del que te dio el ciempiés grande. El gordo con




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