Page 480 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Lemuel, ni brutalidad, ni desprecio. Simplemente
estaba constatando la verdad oculta bajo su bonhomía.
Isaac sabía que, si le convenía no descubrir al
suministrador de aquel gusano peculiar, lo haría sin
dudarlo.
—Alcalde —Eliza Stem‐Fulcher entró en la Sala
Lemquist. Rudgutter la miró, inquisitivo, desde su
escritorio. Ella tiró un delgado periódico frente a él—.
Tenemos una pista.
Teparadós se levantó rápidamente al despertar,
mientras David e Isaac trataban de convencerlo de que
nadie le consideraba responsable. Para cuando cayó la
noche, una horrísona melancolía se había adueñado del
almacén de la Vía del Remero.
David introducía una espesa compota de frutas en la
boca de Lublamai, empujándola suavemente por la
garganta. Isaac paseaba sin rumbo. Esperaba que Lin
regresara a casa, encontrara la nota que le había dejado
en la puerta y fuera allí con él. Pensó que, de no haber
sido su letra, se lo hubiera tomado como una broma
pesada. Que Isaac le invitara a su casa en el laboratorio
no tenía precedentes. Pero necesitaba verla, y le
preocupaba que, de irse, se perdiera algún cambio vital
en el estado de Lublamai, pasara por alto alguna
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