Page 482 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
P. 482
mantener tu precioso anonimato... —Se tensó y se
esforzó por calmarse—. Mira, Yag, nos ha ocurrido una
desgracia y ahora no tengo ni el tiempo ni las ganas
para... para andarme con rodeos contigo. Me temo que
nuestro proyecto va a paralizarse un tiempo...
Yagharek tomó aire y gimió débilmente.
—No puedes... —chilló—. No puedes
abandonarme...
— ¡Hostia! —Isaac se acercó a él y lo arrastró
dentro—. ¡Mira! —Se acercó al lugar donde Lublamai
respiraba trabajosamente, contemplando el techo y
babeando. Empujó al Yagharek hasta ponerlo frente a
él. Empleó la fuerza, pero sin resultar violento. Los
garuda eran delgados y de músculos prominentes, más
fuertes de lo que parecían, pero sus huesos huecos y su
carne pelada no eran rival para un hombre grande.
Pero esa no era la principal razón por la que Isaac se
refrenaba. La tensión entre ellos era de irritación, no de
veneno. Isaac sentía que Yagharek tenía ganas de
conocer la razón de la repentina tensión en el almacén,
aunque eso significara romper la prohibición de ser
visto por otros.
Isaac señaló a Lublamai. David miraba vagamente al
garuda. Yagharek lo ignoraba por completo.
—El ciempiés cabrón que te enseñé —dijo Isaac— se
convirtió en algo que le hizo esto a mi amigo. ¿Has
482

