Page 536 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Derkhan lo acercó con el brazo izquierdo.
Entonces Benjamin Flex se apartó, y con algún reflejo
mental invisible para la desconsolada Derkhan, le dijo
a Umma Balsum que era hora de desconectarse.
La comunicadora se sacudió de nuevo, tembló y se
tambaleó, y con una ráfaga de alivio casi palpable su
cuerpo recuperó su propia forma.
La batería siguió dando vueltas a la pequeña
manivela hasta que la mujer se enderezó, se acercó y le
puso encima una mano temblorosa. Detuvo el reloj
sobre la mesa.
— Ya está, cariño.
Derkhan se estiró y apoyó la cabeza sobre la mesa,
llorando en silencio. Al otro lado de la ciudad,
Benjamin Flex hacía lo propio. Los dos solos.
Derkhan tardó solo dos o tres minutos en
recomponerse e incorporarse. Umma Balsum estaba
sentada en su silla, calculando sumas en un trozo de
papel con gran eficiencia.
Alzó la mirada ante el sonido que hacía Derkhan
para tratar de recuperar el control.
— ¿Estás mejor, cariño? —preguntó suave—. Ya
tengo el importe.
Hubo un instante en el que Derkhan se sintió
asqueada por la insensibilidad de la mujer, pero pasó
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