Page 569 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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habíamos marcado como durmiente.
—Bueno... —respondió David incómodo—. No hay
mucho de lo que informar. Hasta ahora. —El hombre
asintió juicioso y aguardó.
David se humedeció los labios. Le costaba hablar. El
hombre lo miraba con expresión ceñuda.
—El precio sigue siendo el mismo, ya sabes —le
animó—. Incluso un poco mayor.
—No, dioses, yo... —tartamudeó David—. Solo es
que... ya sabes... la práctica... —El hombre volvió a
asentir.
Muy falto de práctica, pensó David indefenso. Han
pasado seis años desde la última vez, y prometí no volver a
hacerlo. Salí de esto. Te cansaste del chantaje y no necesitabas
el dinero...
La primera vez, hacía quince años, habían entrado en
aquella misma habitación mientras David eyaculaba en
una de las bocas de una cadavérica y desdichada
rehecha. Le habían dicho que enviarían las imágenes a
los periódicos, a las revistas y a la universidad. Le
habían ofrecido una opción. Pagaban bien.
Había informado. Solo como agente libre; una vez,
puede que dos al año. Y entonces lo había dejado
durante mucho tiempo. Hasta ahora. Porque ahora
estaba asustado.
Inspiró profundamente y comenzó.
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