Page 739 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Isaac, Derkhan, Lemuel y Yagharek eran
completamente ignorados. Se movían juntos por
instinto, inquietos ante aquel grotesco silencio. Sus
intentos por comunicarse con las otras criaturas
orgánicas eran respondidos con desprecio, con silencio
o con irritados acallamientos.
Durante diez minutos, constructos y humanos
gotearon sin cesar hacia el hueco corazón del vertedero
dos. Entonces el flujo se detuvo, casi de repente, y se
hizo el silencio.
— ¿Creéis que son inteligentes? —susurró Lemuel.
—Eso creo —respondió Isaac en bajo—. Estoy seguro
de que pronto lo sabremos.
Al otro lado, las barcazas en el río hacían sonar sus
bocinas para marcar su posición a las demás. Invisible,
el terrible peso de las pesadillas se aposentó de nuevo
sobre Nueva Crobuzon y aplastó las mentes de los
ciudadanos dormidos bajo una masa de presagios y
símbolos alienígenas.
Isaac podía sentir los horrendos sueños
oprimiéndolo, presionando su cráneo. Fue consciente
de ellos en un estallido, esperando en el silencio del
vertedero.
Había unos treinta constructos y quizá sesenta
humanos. Cada una de las criaturas en aquel espacio,
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