Page 768 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Parecían combatir a un espectro. Su enemigo entraba
y salía del espacio convencional, una forma
evanescente como el humo, solidificándose y
desapareciendo como una sombra. Era como si una
vasta pesadilla arácnida atravesara las realidades
entretejidas y atacara a las polillas con crueles lanzas
de quitina.
¡Tejedora!, advirtió uno de los izquierdos, mientras
ordenaba a los derechos que se retiraran lentamente de
aquella tángana acrobática.
Las otras polillas giraban alrededor de su hermana,
tratando de ayudarla. Se turnaban para atacar,
siguiendo un código impenetrable. Cuando la Tejedora
se manifestaba podían golpearla, atravesar su
armadura liberando goterones de icor antes de que
desapareciera. A pesar de sus llagas, la araña arrancaba
grandes coágulos de carne y sangre espesa de las
frenéticas bestias.
La polilla y la araña se atacaban en una
extraordinaria confusión de violencia, con acometidas
y paradas demasiado rápidas como para ser vistas.
Al alzarse, las polillas rompieron la cobertura onírica
sobre la ciudad. Alcanzaron el nivel del cielo en donde
aquellas ondas mentales habían confundido a los
manecros.
Era evidente que las criaturas también podían
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