Page 771 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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La puntería era buena, pero el miedo del izquierdo

            le  hizo  disparar  a  destiempo  y  escupió  demasiado

            pronto.  El  fuego  se  desplegó  en  una  colada  oleosa,


            disipándose  antes  de  tocar  la  carne  de  la  polilla.

            Cuando  la  descarga  se  evaporó,  la  bestia  había

            desaparecido.


                Atemorizados, los izquierdos comenzaron a ordenar

            a sus derechos que giraran en el aire para encontrar a


            la criatura, ¡alto alto!, gritó el perro, pero sin resultado.

            Los manecros se bamboleaban al azar como los restos

            de  un  naufragio,  encarados  en  todas  direcciones,


            mirando frenéticos por sus espejos.

                Allí, chilló la joven izquierda divisando a la polilla


            mientras  caía  como  un  ancla  hacia  la  ciudad.  Los

            demás  manecros  viraron  para  ver  por  sus  espejos,  y

            con  un  coro  de  gritos  se  encontraron  frente  a  otra


            polilla.

                El ser había volado hacia ellos mientras buscaban a

            su hermana, de modo que cuando se volvieron estaba


            frente  a  sus  ojos,  claramente  visible  con  las  alas

            extendidas, lejos del alcance de los espejos.

                El  joven  izquierdo  logró  cerrar  los  ojos  de  su


            anfitrión y ordenar al derecho que girara y escupiera.

            El  aterrado  derecho,  en  el  cuerpo  del  niño  pequeño,


            trató  de  obedecer  y  lanzó  una  andanada  de  gas

            llameante en una espiral cerrada y alcanzó a la pareja




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