Page 850 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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contra las pieles enceradas, verdosas.
A su alrededor se había limpiado un pequeño anillo
de tierra de unos seis metros de anchura, más allá del
cual se habían conservado las casas y calles de Piel del
Río. El conjunto consistía en un rompecabezas, una
colección de calles sin salida y comienzos de avenidas,
allí la esquina de un parque y allá media iglesia, incluso
el muñón de un canal, ahora un arroyuelo de agua
estancada, cortado por el borde de la cúpula. Las calles
cuajaban la pequeña ciudad con ángulos extraños y
quedaban cortadas las carreteras allá donde había
caído el domo. En el interior había quedado un
aleatorio grupo de callejuelas y avenidas selladas bajo
el cristal. Su contenido había cambiado, aunque las
figuras eran más o menos las mismas.
El caótico agregado de tocones urbanos había sido
reformado por los cactos. Lo que hacía años había sido
una amplia avenida era ahora un jardín botánico, cuyos
extremos derramaban hierba sobre las casas
adyacentes, como caminos desde las puertas de
entrada que indicaran las rutas entre las huertas de
calabazas y rábanos.
Los techos se habían eliminado hacía cuatro
generaciones, para convertir las casas humanas en
hogares para sus nuevos y más altos habitantes. En las
azoteas y los patios se habían añadido piezas con la
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