Page 949 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Gran Alquitrán en el que se convertía la confluencia de
los dos ríos. Hasta el último kilómetro y medio de su
existencia, cuando pasaba junto a la Ciénaga Brock y el
millar de desagües de los laboratorios, el Cancro no se
volvía infecto y turbio.
En el norte de la ciudad, en Gidd y el Anillo y aquí,
en Cuña del Cancro, los residentes podían remar en las
aguas del río por placer, un pasatiempo que resultaba
inconcebible más hacia el sur. De modo que Isaac se
había dirigido hacia aquí, donde el tráfico fluvial era
mucho menor, para obedecer las órdenes de la
Tejedora.
Habían encontrado una pequeña callejuela que
discurría entre las partes traseras de dos bloques de
casas, una fina tajada de espacio que discurría cuesta
abajo hacia las arremolinadas aguas. No les había sido
difícil encontrar un bote abandonado, aunque en aquel
lugar no había ni una pequeña fracción de los muchos
que poblaban las riberas de la zona industrial de la
ciudad.
Después de dejar a Yagharek vigilando desde debajo
de su andrajosa capa como una especie de vagabundo
inmóvil, Isaac había seguido su camino hasta la orilla
del río. Había una franja de hierba y otra de grueso
barro entre el agua y él, y mientras caminaba se había
ido quitando la ropa y guardándola bajo el brazo.
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