Page 967 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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dirigiendo hacia el hospital de beneficencia del Pozo

            Siríaco,  a  través  de  seis  o  más  kilómetros  de  barrios

            bajos intrincadamente serpenteantes y arquitecturas en


            ruinas. No se atrevió a tomar un taxi por si el conductor

            era un espía de la milicia, un agente dedicado a detener

            criminales  como  ella.  De  modo  que  caminó  tan


            rápidamente como se atrevió a hacer en las sombras de

            la línea Sur. Su camino la elevó más y más sobre los


            tejados mientras se alejaba del corazón de la ciudad.

            Arcos muy abiertos de ladrillos calados se extendían

            sobre las achaparradas calles de Siriac.


                Al  llegar  a  la  estación  Salida  de  Siriac,  se  había

            separado de las vías del tren y se había internado en la


            maraña de calles que se extendía al sur del ondulado

            Gran Alquitrán.

                Le había sido fácil seguir el ruido de los vendedores


            ambulantes  y  los  dueños  de  los  puestecillos  hasta  la

            miseria que era el Paseo de los Tintoreros, la amplia y

            mugrienta  calle  que  enlazaba  Siriac,  los  Campos


            Pelorus  y  el  Pozo  Siríaco.  Seguía  el  Gran  Alquitrán

            como  un  eco  impreciso,  cambiando  su  nombre

            conforme  avanzaba  para  convertirse  en  la  avenida


            Wynion y más tarde en la calle del Lomo Plateado.

                Derkhan había rodeado la turbamulta que reinaba en


            él, los carros de dos ruedas y los resistentes y ruinosos

            edificios de las calles laterales. Lo había recorrido como




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