Page 984 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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despatarrado hacia las silenciosas veredas.
El calor era intenso pero no sofocante: parecía más
bien una especie de ausencia, una enorme falta que se
sentía por toda la ciudad. Era como si el sol hubiera
languidecido, como si sus rayos blanqueasen las
sombras y las frescas zonas interiores que
proporcionaban su realidad a la arquitectura. El calor
del sol amortiguaba los sonidos y les sangraba la
sustancia. Isaac sudaba y profería maldiciones en voz
baja tras sus pútridos harapos. Se sentía como si
estuviese vagando por algún sueño apenas advertido
de calor.
Sosteniendo a Andrej entre ambos como si fuera
algún amigo paralizado por el licor barato, Isaac y
Yagharek caminaban pesadamente por las calles, en
dirección al Puente Celosía.
Allí eran extraños. Aquello no era la Perrera o
Malado o los suburbios de Páramo del Queche. En
todos esos lugares habrían sido invisibles.
Cruzaron el puente nerviosamente. Se sentían
acosados por sus coloridas piedras, rodeados por las
burlas y las sonrisas despectivas de los tenderos y los
clientes.
Yagharek mantenía una mano cerrada
subrepticiamente alrededor de un racimo de tejido
nervioso y arterial en un lado del cuello de Andrej,
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