Page 980 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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Justo antes de las cuatro, mientras se preparaban
para marcharse, Derkhan abrazó a Isaac y a Yagharek,
uno detrás de otro. Solo titubeó un instante antes de
apretar con fuerza al garuda. Él no respondió, pero
tampoco se apartó.
—Os veré en la cita —murmuró.
— ¿Sabes lo que tienes que hacer? —dijo Isaac. Ella
asintió y lo empujó hacia la puerta.
Ahora fue él el que titubeó, frente a lo más difícil. Su
mirada voló hasta donde yacía Andrej, sumido en un
exhausto estupor de miedo, los ojos vidriosos y la
mordaza pegajosa de mocos.
Tenían que llevárselo y no debía dar la alarma.
Había discutido con Yagharek sobre esto, en
susurros fácilmente amortiguados por el terror del
anciano. No tenían drogas e Isaac no era un
biotaumaturgo, no podía insinuar brevemente sus
dedos en el interior del cráneo de Andrej y apagar
temporalmente su consciencia.
En vez de eso, se vieron forzados a utilizar las
habilidades más salvajes de Yagharek.
Los recuerdos del garuda volaron de vuelta a los
pozos de la carne, a los «combates lechales»: aquellos
que terminaban con la sumisión o la inconsciencia y no
con la muerte. Recordó las técnicas que había
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