Page 174 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
puerta oval, también de vidrio. A través del
cristal, Corbell pudo ver un coche cilíndrico,
cuyos asientos estaban dispuestos uno frente a
otro y tapizados en el mismo material de las
alfombras. La parte frontal del coche era de
metal.
En la puerta de vidrio encontró una ranura del
tamaño de su disco. Lo introdujo de nuevo en
ella y la puerta se abrió. Corbell entró y retiró el
disco por el otro lado. La puerta se cerró.
—Aquí estoy —dijo al casco.
—¿Dónde?
—En uno de los trenes subterráneos. Ahora no
sé qué hacer. Esperar, supongo.
—¿No usarás las cabinas de transporte
instantáneo?
—No. Creo que son recorridos sin salida. Tal
vez constituían un juguete para los ricos,
demasiado caros para resultar prácticos, o
tenían un alcance demasiado corto.
—Eso me tenía intrigado —dijo Pirssa—.
Cuatro dígitos en base ocho sólo dan cuatro mil
noventa y seis números de cabina posibles. Son
muy pocos.
—Sí.
En aquellos bancos de alfombra‐nube, teñida a
intervalos en tonos pastel contrastante para
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