Page 177 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  —No, un momento. Tienes razón. Tienes toda


               la  razón  del  mundo.  Ya  he  recibido  más  de  lo



               que  recibe  cualquier  hombre;  más  de  lo  que


               cualquiera  puede  robar,  mejor  dicho.  Prometo


               portarme bien.


                  —Me dejas sorprendido. ¿Piensas dedicar tus


               servicios al Estado?


                  —¿A  qué  Estado?  El  Estado  ya  no  existe.  Mi


               egocentrismo  es  tan  humano  como  tu



               fanatismo.


                  La  voz  del  extraño  volvió  a  pronunciar  unas


               palabras  hermosas  e  incomprensibles…  y


               entonces  Corbell  le  vio.  Su  rostro  estaba  más


               allá  de  la  parte  frontal  del  coche,  más  allá  del


               metal,  como  si  éste  fuera  transparente.  ¿Un


               holograma,  tal  vez?  Corbell  se  inclinó  hacia


               adelante.


                  Era  el  busto  de  un  muchacho  que  se



               difuminaba  bajo  los  hombros.  Parecía  tener


               unos  doce  años,  pero  tenía  la  apostura  de  un


               adulto.  Su  piel  era  dorada;  sus  facciones


               sugerían  una  mezcla  de  razas:  negra,  amarilla,


               blanca y algo más: una mutación, tal vez, que le


               hacía  medio  calvo;  presentaba  una  franja  de


               pelo  negro,  en  apretados  rizos,  en  torno  a  la



               base  del  cráneo  y  sobre  las  orejas;  sobre  la


               frente, un mechón aislado.

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