Page 19 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
ardía en fuego de fusión. Potencialmente, no
había límite para la velocidad de un
estatorreactor Bussard. Las naves eran
tremendamente poderosas, tremendamente
complejas, tremendamente caras.
A Corbell le parecía increíble que el Estado
confiara tan valiosa y devastadora masa de
poder a un solo hombre, ¡y a un hombre que
llevaba muerto dos siglos! ¡Caramba! Corbell
era arquitecto, no astronauta. No sabía que el
concepto de estatorreactor Bussard fuera
anterior a su muerte. Todo su interés por los
vuelos espaciales se había reducido hasta
entonces a contemplar por televisión los vuelos
de los «Apolo XI» al «XIII».
Y ahora su vida dependía de su carrera como
«reactista». No lo ponía en duda. Y por eso
aquel día permaneció frente a la pantalla, con
los auriculares puestos, durante catorce horas
seguidas. Temía que le sometieran a un examen.
No todo lo que debía aprender le fue
comprensible, pero tampoco tuvo que
someterse a examen.
Al segundo día comenzó a sentirse interesado.
Al tercero estaba fascinado: captaba
intuitivamente cosas que hasta entonces le
habían sido incomprensibles: la relatividad, la
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