Page 234 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
Al extender los dedos hacia el tablero, sus
manos empezaron a temblar. Otros músculos
empezaron a contraerse. De pronto se encontró
presa de convulsiones. De su boca salían
extraños ruidos. Furioso, desesperado, Corbell
notó que el cuerpo del delincuente le estaba
fallando; se moría en el peor momento posible.
¡En el peor momento!
¡Por favor, no! ¡Hasta que acabe la batalla…!
Entrelazó los dedos y consiguió acercar las dos
manos al tablero. Lanzó un golpe hacia el reloj
de arena tumbado, lo intentó de nuevo y falló;
tuvo que detenerse por un instante. Los
músculos del cuello, convulsos, le retorcían la
cabeza hacia atrás en un giro torturante.
Entonces vio que un automóvil se aproximaba
por la calzada, en suaves curvas, como un
proyectil dirigido.
Las convulsiones empeoraron. Volvió a arrojar
uno y otro golpe al botón del reloj de arena y…
No pudo contar las veces que lo apretó. Cuando
el coche comenzó a avanzar dejó que las
contorsiones le dominaran.
Tormento mental. Inconsciencia. Ahora,
convulsiones. Tal vez fuera conveniente hacer
una lista de las cosas que aquel bastón de plata
no podía hacer.
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