Page 239 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  —No cuentes mucho con eso. Pirssa dice que


               mi necesidad sexual es muy baja.



                  —¿Nunca deseaste a las mujeres, Corbell?


                  —Estuve casado durante veintidós años.


                  —¿Qué significa casado?


                  —Unido en pareja. Bajo contrato.


                  —¿Había sexo? ¿Te gustaba?


                  De  pronto  Corbell  echó  terriblemente  de


               menos a Mirabelle. La lloró no por muerta, sino



               porque ya no estaba. Y su otra mitad seguía y


               seguía, por un mundo más y más alucinante. ¡Si


               al  menos  hubiera  podido  contarle  todo  a


               Mirabelle!


                  —En el sexo, y en todo lo demás, nuestra vida


               fue  un  puro  éxtasis,  como  suele  serlo  el


               matrimonio  —respondió,  con  una  ligereza  que


               no sentía—. Lamento haberlo sacado a relucir.


                  —Tenía que averiguarlo.



                  Como  para  clavarle  una  espina,  Corbell


               comentó:


                  —¿Nunca se te ocurrió pensar que a lo mejor


               yo no quiero la inmortalidad de los dictadores?


               Tal  vez  me  guste  la  idea  de  envejecer


               dignamente.


                  —Trataste de robarme las drogas.



                  —Tú me obligaste.





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