Page 258 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El bosque se fue haciendo ralo; había restos de
construcciones entre las vides. Estaba ya
cruzando Sarash‐Zillish. La tierra, los hierbajos
y los pequeños arbustos habían invadido las
calles. Si ésa era Ciudad Tres, la fuente de
actividad industrial que Pirssa había percibido
en la Antártida desde su órbita, hacía ya tiempo
que había perecido.
El coche disminuyó la marcha…, gracias a
Dios. Avanzó con lentitud sobre la maleza
crepitante. Se detuvo en terreno abierto y
descendió. Al bajar, Corbell pisó vegetación
húmeda. Se desperezó y echó una mirada a su
alrededor.
En aquella oscuridad apenas era posible
distinguir dos distantes paredes curvas, una
filigrana hexagonal que marcaba el lugar
ocupado en otros tiempos por una cúpula.
Corbell no vio ningún indicio del gran cubo
negro, la estación del subterráneo, que
constituía el centro de todas las ciudades que
había visitado hasta ese momento.
Estaba parado ante lo que debía ser el Cuartel
General de la Policía Internacional: un gran
muro plagado de balcones y ventanas oscuras,
con una hilera de amplios agujeros circulares en
la parte superior, lo bastante anchos como para
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