Page 285 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El solista cantaba con una potente y rica voz
de tenor, acompañado por música de fondo:
otros ocho Varones tarareaban a cuatro voces,
por lo menos, mientras uno más marcaba el
ritmo golpeando con los huesos del pavo la lata
de la hoguera. Una música extraña,
improvisada, y de gran complejidad a pesar de
la simple melodía de la canción.
Corbell escuchaba boquiabierto, con un
cosquilleo en la nuca. Había sucedido lo que
temía: los tres millones de años transcurridos
habían aumentado la inteligencia humana. La
noche que siguió a su captura había tratado de
cantar algo, con la intención de aumentar su
valor y de entretenerse. Desde entonces había
entonado diversas mezcolanzas de música de
películas, canciones populares, inocentes o
groseras, de las que en otros tiempos había
cantado Mirabelle en el bote: tres millones de
años de antigüedad. Pero a los Varones les
gustaba. Les molestaba, en cambio, que
repitiera algo ya cantado. El, aunque sin saber
por qué, se plegaba a sus deseos.
—Oh, tenemos un ordenador nuevo —cantaba
Ktollisp—, pero nos ha desilusionado, porque repite
siempre el mismo consejo idiota: hacen falta ojos
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