Page 206 - Kraken - China Mieville
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Sonrió.
—Pobre idiota. No tenía ni la más remota idea.
Nada de «comme». Suena extraño, pero dijo que
era la naturaleza enrollable de lo que vio lo que le
hizo pensar en ángulos. Dijo que ninguna curva
podría hacerles justicia a las espirales que había
visto.
El cubismo como fracaso. Billy pasó a otro
cuadro. Una lectura más tradicional: un calamar
gigante plano y gordo, pudriéndose sobre una
losa, rodeado de piernas enfundadas en botas de
goma. Rápidos trazos a manojos.
—¿Por qué me drogaron?
—Eso es Renoir. Aquel de allí, Constable. Pre
Steenstrup, o sea, lo que nosotros llamamos la
«época atramentosa». Antes de que emergiéramos
de la nube de tinta.
Las obras que rodeaban a Billy, de repente, se
le antojaron Manets. Piranesis, Bacons, Breughels,
Kahlos.
—Moore es mi nombre —dijo el sacerdote—.
Siento muchísimo lo de tu amigo. Honestamente
te digo que ojalá hubiéramos podido evitarlo.
—Ni siquiera sé lo que pasó —dijo Billy—. No
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