Page 212 - Kraken - China Mieville
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albergado intención alguna de convertirse a la
monogamia cuando empezaron a salir, las
ocasionales relaciones sexuales que mantenía Leon
más allá de ella (la mayoría telegrafiadas sin
ningún pudor) se le antojaban más bien un alivio.
El hecho en sí mismo de no tener noticias de
Leon en dos, tres, cinco días, incluso una semana
seguida, no le habría dado mucho que pensar. Eso
no era nada, no más que una cancelación de última
hora. No obstante, lo que sí le causó cierta
inquietud, cierta vacilación, fue que habían
quedado para una cita en particular (iban a ver una
maratón de James Bond, porque «Será
tronchante») y que no hubiera llamado para
cambiar de planes. Lo único que hizo fue enviarle
un mensaje incomprensible (cosa que tampoco es
que fuera una novedad) y no aparecer. Y ahora
pasaba de sus mensajes.
Le puso mensajes, le escribió al correo
electrónico. «¿Dónde estás?», escribió. «Dime algo
o me voy a empezar a preocupar. Por teléfono,
correo, sms, paloma mensajera, lo que prefieras,
besos».
Marge había borrado el último mensaje que
Leon le había enviado, con la sospecha de que era
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