Page 309 - Kraken - China Mieville
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competencia ni los poderes de las líneas telúricas,
ni las palabras encantadas, ni las entidades
invocadas, etcétera; eran una brigada del culto,
específicamente.
En la práctica, por supuesto, contaba con
elementos de talento cuestionable, que eran los
que se encargaban de vigilar todo aquello. A los
ordenadores de la UDFS se les había instalado
multitud de contenidos y programas
taumatinformáticos ocultos (Geas 2.0, iScry). Pero
la unidad se vio obligada a guardar las
apariencias, definiendo todo su trabajo en
términos de mantenimiento del orden público en
cuestiones religiosas. Tenían que asegurarse de
que, si concluían que detrás de la desaparición del
Architeuthis se escondía una criminalidad
puramente secular, debían hacer hincapié en los
vínculos que pudieran encontrar con los
heresiarcas de Londres. De lo contrario, perderían
jurisdicción. Sin juegos del culto en el meollo del
calamarrapto, acabarían por transferírselo a
alguna brigada burda y poco sutil: Unidad
Especial, Crimen Organizado. Antigüedades.
—Que Dios nos pille confesados —dijo
Collingswood.
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