Page 314 - Kraken - China Mieville
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Llovió,  un  poco.  Cuando  llueve,  dijo  Dane,


             parafraseando  a  su  abuelo,  es  un  kraken



             sacudiéndose  el  agua  de  los  tentáculos.  Cuando


             sopla el viento, es la exhalación de su sifón. El sol,


             dijo Dane, es un destello de biofósforo en la piel de


             un kraken.




                    —No  dejo  de  pensar  en  Leon  —dijo  Billy—.


             Necesito…  Debería  contárselo  a  su  familia.  O  a


             Marge. Ella debería saberlo…




                    Resultaba  casi  demasiado  duro  articular  sus


             sentimientos de esa manera, y tuvo que callarse.




                    —No  le  vas  a  contar  nada  a  nadie  —dijo


             Dane—.  No  vas  a  hablar  con  nadie.  Te  vas  a


             quedar escondido.




                    La ciudad se notaba como vacilante. Como una



             bola de bolos en la cima de una colina, henchida


             de  energía  en  potencia.  Billy  se  acordó  de  la


             mandíbula desencajada de Goss, como la de una


             serpiente,  los  huesos  empellados  y  una  boca


             vertiginosamente  reconfigurada  en  el  quicio  de


             una  puerta.  Dane  pasó  con el  coche junto a una


             pequeña galería y una lavandería, un montón de


             baratijas  de  mercadillo,  fruslerías  a  mogollón,


             horteradas urbanas.







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