Page 383 - Kraken - China Mieville
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                    Corrió la voz. Es lo que pasa. Una ciudad como


             Londres siempre iba a ser una paradoja, lo mejor


             de ella siempre tan infestada de lo contrario, tan


             plagada de agujeros morales como un queso suizo.



             Estarían todas esas vías alternativas a las oficiales


             y  también  a  aquellas  que  enorgullecían  a  los


             londinenses:                     habría              tendencias                   bastante


             contrapuestas.




                    Allí  no  había  un  estado  que  mereciera  una


             mierda,  nada  de  sanciones,  sino  autoayuda,


             ninguna homeostasis, más que la de la violencia.


             La policía especializada se metía y se la toleraba



             como  si  fuera  una  secta,  o  bien  se  los  asesinaba


             alegremente, como a una panda de antropólogos


             patanes.




                    —Venga, ya estamos otra vez, la UDFS —guiño


             guiño puñalada puñalada.




                    Incluso  en  ausencia  de  un  soberano,  en


             Londres se iba tirando con eficacia. El poder hacía


             el derecho, y ese no era un precepto moral, sino la


             simple constatación de un hecho. Verdaderamente



                                                                                                          382
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