Page 597 - Kraken - China Mieville
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Estaba en pie cerca de la sala de envíos, de
modo que fue el primer oficial de la UDFS al que
vio el mensajero que venía a dar el aviso. Fue ella,
pues, quien abrió de un empujón la puerta de un
Baron sentado, de brazos cruzados y mirando,
taciturno, su ordenador, se colgó del marco con
una mano, como si fuera un niño en un columpio,
y dijo:
—Usted pide y yo respondo, jefe. Actualmente
hospitalizado. Pero es algo.
Era un día asqueroso, con un monótono
ambiente gris y húmedo y un viento fastidioso,
insufrible como un crío. A pesar de todo, Marge se
había pasado la mañana fuera, en el parque de la
Barrera del Támesis. Avanzó trabajosamente bajo
la llovizna, por entre los arbustos recortados en
forma de olas, junto a campos de fútbol en
miniatura. Esa mañana había llorado mucho por
Leon, y lo sintió como una despedida. Ella había
terminado, pero parecía que el cielo no.
Marge sospechaba que había dejado de tener
trabajo. Su jefe era amigo suyo, pero su reticencia
a contestar a sus mensajes debía de haberlo puesto
en una situación imposible.
No era que se sintiera confusa. No era que se
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