Page 648 - Kraken - China Mieville
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ocultadas, y que más tarde, en su soledad, volvían


             a emerger. Billy se adentró en un pasillo donde,



             pese a carecer de ventanas, no solo había luz, sino


             haces de ella, que surgían del techo, cada uno de


             los  cuales  partía  de  un  punto  fortuito  de  la


             superficie sin fisuras, y descendía en caprichosas


             direcciones  como  un  entramado  de  pilares  en


             anárquica  confusión,  como  si  la  sala  añorara  los


             rayos de luna que nunca había visto y generara sus



             propios  simulacros.  Avanzó  por  entre  y  bajo


             aquellos  gruesos  dedos  entrelazados  de  luz


             imaginada, hacia aquello que lo estaba esperando.




                    Dios, pensó a medida que se aproximaba. Dios.


             Te recuerdo.




                    El  desmantelado  ángel  de  la  memoria  de  la


             Commonwealth lo observaba detenidamente.




                    —Hola, otra vez —dijo. Lo había visto en su


             ocupación  habitual,  cuando  él  era  un  niño  y


             aquello, a la luz del día, una pieza de exposición.




                    Plástico en forma de vaca pequeña. Lo miraba


             de soslayo, para poder mostrar su flanco de cristal.


             Dentro tenía sus cuatro estómagos, que en su día


             se iluminaban, uno tras otro, recordaba, y aún lo


             hacían allí, repetidamente, de uno en uno. Rúmen,



             retículo, omaso y abomaso, la digestión brillando


                                                                                                          647
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