Page 828 - Kraken - China Mieville
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Paul intentó eliminarlo usando métodos de su
propia cosecha, con papel de lija, pero fracasó
todas las veces, entre gritos, y el Tatuaje gritando
con él. Volvió al local del tatuador, pero hacía
mucho tiempo que el propietario se había ido.
Lo tapó, pero aquel envoltorio no duró Cuando
las mordazas se caían, el Tatuaje se ponía a gritar
estando en mitad de la calle, lo insultaba y se
mofaba de él. Soltaba repugnantes calumnias,
tacos e insultos racistas, tratando, en ocasiones con
éxito, de conseguir que Paul se llevara sus buenas
palizas.
—Ahora, calla —le susurraba después—. Calla.
Tú haz lo que yo te diga, no hay necesidad de que
vuelva a pasar.
Lo mandaba a garitos clandestinos de magos.
Le hizo tejer relaciones, murmurándole las
palabras clave necesarias para entrar, le hacía
describirle a la clientela por lo bajo, o darse la
vuelta para dejar que el Tatuaje mirara a través de
su fina camisa, para que supiera quién había
dónde, y para orientar a Paul hacia los que conocía.
—Borch —decía, cuando Paul se sentaba de
espaldas a las mesas, al otro lado de las cuales se
sentaban, sorprendidos, los manejantes—. Ken.
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