Page 905 - Kraken - China Mieville
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Si Paul había ido allí a matarla, pensó Marge,
había elegido la forma más larga de hacerlo. Se
subió al capó de su coche mientras su compañero
canturreaba, «Done have to be rich la la to be my
girl». Desenroscó la bombilla fluorescente lo
suficiente para interrumpir la conexión.
Paul dijo:
—Raya punto punto punto —y así. Enroscando
y desenroscando la bombilla, Marge proyectó su
luz y oscuridad en un mensaje codificado, no muy
experimentado, aunque legible, esperaba, para
que la ciudad lo transmitiera, golpeteando
Londres, confiando su información a la metrópolis
como si fuera un inmenso telégrafo de hormigón y
ladrillo.
Nunca se sabe, pensó. Ya ha funcionado antes.
Dane no quiso dejar entrar a los londromantes
a las salas destrozadas de la iglesia del kraken a la
que regresaba. Ya no estaban seguros de su
relación con él, ni él de la suya con ellos (¿seguían
siendo aliados?). Wati, traumatizado y
prácticamente inconsciente, no podía traspasar las
barreras aún existentes. Solo Billy acompañó a
Dane. Sin embargo, cuando descendieron, había
otros. Los últimos krakenistas desperdigados
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