Page 977 - Kraken - China Mieville
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madriguera,  tambaleándose,  para  adentrarse  en


             las calles vigiladas.




                    Los  papeles,  lanzándose  en  picado  desde  el


             cielo oscuro como el remolino en un desagüe, se



             abalanzaron  sobre  el  camión.  Este  se  abrió  paso


             entre ellos. Eran sensitivos, pero los papeles tenían


             el febril delirio de una maraña de depredadores,


             dándose  cabezazos,  como  una  polilla  contra  el


             parabrisas. Cuando se encontró con Saira, Billy y


             los  pocos  londromantes  y  krakenistas  mordidos,


             que  avanzaban  a  grandes  zancadas  a  ritmo  de



             calamar,  y  que  habían  podido  huir,  el  vehículo


             estaba atestado de papeles exacerbados.




                    Santo  Dios,  pensó  Billy,  al  ocurrírsele  lo  que


             debían de estar pensando los vecinos espantados,


             siendo testigos de lo que veían desde detrás de sus


             cortinas. Tenía cerca a dos londromantes y a dos


             mordidos  por  el  kraken  que  seguían  adoptando


             formas               medio               téuthicas.                Sacudían                 sus


             extremidades y pulverizaban los últimos restos de


             lejía que les quedaban. Fitch abrió por detrás y los



             apremió  con  un  grito.  Con  la  armonía  de  una


             escuela  de  peces,  con  una  ráfaga,  los  papeles


             emprendieron el regreso a la fábrica.




                    —Van a por Byrne y el resto de sí mismo —dijo




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