Page 998 - Kraken - China Mieville
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—Se han ido sin nosotros —dijo Simon, en un
tono lo bastante alto como para que Billy le callara
la boca de un codazo.
—No tenían alternativa —dijo Saira—. Se lo
dije yo. Los encontraré…
Oyeron un fuerte golpe. La pared se movió
levemente.
—¿Qué demonios? —dijo Saira.
Ella y Billy cruzaron una mirada. El ruido
volvió a sonar.
—Oh, Dios mío —dijo Saira—. No será tan
estúpido… ¿El mar?
¿Sería capaz? Se arrastraron hasta la esquina y
miraron.
La tierra nunca podría derrotar al mar. Como
había ilustrado Canuto el Grande para sus
aduladores cortesanos, las mareas son
implacables. Incluso el Tatuaje, más allá de las
fanfarronadas, había sabido eludir esa
confrontación. Era sencillamente una regla
inevitable.
Pero eran las reglas lo que Grisamentum quería
reescribir. Tachar lo que había escrito en la pared,
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