Page 995 - Kraken - China Mieville
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—Grande —musitó. Levantó la vista y sonrió.
Su fantasma aulló.
El kraken se hallaba en la embajada del mar.
Billy y Simon y Saira se miraron mutuamente.
—¿Lo hemos…? —dijo Saira.
—Está hecho —dijo Billy.
—Joder, felicidades —dijo Collingswood—.
Ahora, ¿queréis hacer el favor de meteros en la
puta cárcel?
—Está seguro —dijo Billy.
El papel giraba y giraba enfurecido a su
alrededor. Los coches llegaron y se detuvieron.
Los papeles empezaron a azotarlos encolerizados,
arrugándose en bolitas como proyectiles. Paul sacó
pecho, como si fuera él, y no el dibujo que llevaba,
el enemigo de la tinta. Billy oyó una voz que
reconoció. Byrne gritando «¡Maldición!» desde
alguna parte, a medida que se acercaba y veía el
camión vacío.
—Es hora de irse —dijo.
Collingswood vio el desfile de automóviles de
las últimas tropas de Grisamentum. Parecía estar
considerando sus opciones. El otro agente echó a
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