Page 274 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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—Es el mal de los herrumbrados —dijo el hombre
de la manta, sin moverse, muy pálido, como si fuese
a desaparecer si alguien lo tocaba.
—Si por lo menos pudieras hablar —dijo Saul
bajando la vista hacia el hombre—. ¿Por qué los
intelectuales no se contagian y vienen a Marte?
—Conspiran contra ti, Saul —dijo el hombre
cerrando los ojos, demasiado cansado como para
mantenerlos abiertos—. Alguna vez tuve fuerzas
para ser un intelectual. Ahora, hasta pensar me
cuesta trabajo.
—Si pudiésemos hablar —dijo Saul Williams.
El otro se encogió de hombros con indiferencia.
—Ven mañana. Quizá tenga fuerzas para hablar de
Aristóteles. Trataré de hacerlo. De veras.—El
hombre se encogió bajo el arbusto seco. Abrió un
ojo—. ¿Recuerdas? Una vez, hace seis meses,
hablamos sobre Aristóteles. Tuve un buen día.
—Recuerdo —dijo Saul sin escuchar. Miró el mar
seco—. Desearía estar tan enfermo como tú. Quizá
entonces no me importaría ser un intelectual. Quizá
podría tener entonces un poco de calma.
—Dentro de seis meses estarás tan mal como yo —
dijo el agonizante—. Entonces sólo querrás dormir
y dormir. El sueño será para ti como una mujer.
Siempre volverás a ella, porque es fresca, y buena,
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