Page 191 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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Los despojos del lobo
Dagmar estaba condenada a correr. Los pies dentro de
unas zapatillas nuevas y rígidas, doblándose, golpeando el
suelo. El dolor agudo de cada zancada en unas rodillas que
ya no estaban acostumbradas a la tensión. El cuerpo,
demasiado pesado en las bajadas, el fémur chocando con la
cavidad de la cadera, cada salto hacia abajo como un golpe
contra las suelas. Contra su alma.
Dagmar estaba condenada a correr hasta que se
levantara su maldición.
Bueno, ella lo veía como una maldición, pero no era más
que un anillo de boda. Podría haber resuelto el problema con
una cizalla. Para el anillo, no para el dedo, aunque había días
que…
Días, semanas incluso, en que acumulaba suficiente
aversión hacia sí misma como para recurrir a lo segundo.
Pero no, no destrozaría el anillo. Tenía una historia: el
diamante de medio quilate y talla antigua había salido del
anillo de compromiso de su abuela, reconvertido en una
alianza de filigrana tallada por un amigo joyero que estaba
tan muerto como el matrimonio de Dagmar.
No volvería a ponérselo si… «cuando», se dijo a sí

