Page 216 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
P. 216

216


         pasos  más  adelante  Irizarry  pudo  oler  lo  mismo  que

                                                                                                            [1]
         Mangosta  olía:  la  fuerte  pestilencia  de  los  limazones  ,

         amoniacal y penetrante.



                Dio  dos  golpecitos  rápidos  sobre  el  tentáculo  que  se

         enroscaba  alrededor  de  su  garganta,  lo  que  significaba

         «pronto».  Mangosta  adoptó  el  color  del  descontento  e

         Irizarry  acarició  su  resbaladiza  y  aterciopelada  cabeza  en


         forma de cuña para refrenarla y consolarla. Su docena de

         ojos simples y los cuatro compuestos brillaron y el color se

         suavizó, sin cambiar, mientras ella se dejaba llevar por la


         caricia.  Tenía  sed  de  caza  y  él  no  la  culpaba.  La  boojum

         Manfred von Richthofen se encargaba de sus propias plagas.

         Mangosta  no  había  tenido  más  remedio  que  conformarse

         con una parte de las raciones de Irizarry, pero odiaba comer


         cosas muertas.



                Si  Irizarry  era  capaz  de  oler  los  limazones,  tenía  que

         tratarse  de  algo  más  que  de  la  «pequeña  plaga»  que  el

         mensaje  de  la  patrona  de  la  estación  le  había  llevado  a


         esperar.  Claro  está  que  aquel  mensaje  le  había  llegado  a

         Irizarry por medio de tres, cuatro o quince intermediarios,

         así que no tenía ni idea de cuánto había tardado en recibirlo.

         Quizá cuando la patrona de la estación se lo había enviado


         sí que era pequeña.
   211   212   213   214   215   216   217   218   219   220   221