Page 217 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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                Aunque conocía bien las costumbres de los burócratas y

         le entraron dudas.



                La gente volvía la vista al verlo al pasar, incluso esos


         cultistas           cristianos           copiosamente                 modificados                con

         miembros  plegables  y  ojos  biolínicos.  Los  veías  en  cada

         estación  y  en  todas  las  naves  de  acero,  aunque  la  mayor

         parte no quería trabajar en las boojums. A nadie le gustaban


         demasiado los cristianos, pero eran capaces de trabajar en

         situaciones  que  matarían  a  un  humano  no  modificado  o

         incluso a un branquiado, así que los capitanes y patrones de


         estación los toleraban.


                Había muchos branquiados en los pasillos de Kadath y


         todos se paraban para mirar perplejos a Mangosta. Uno, un

         aprendiz,  se  detuvo  e  hizo  una  complicada  reverencia

         agitando las manos. Irizarry sintió como uno de los zarcillos


         de Mangosta se le introducía por los pendientes. Aunque

         ella no llegaba a entender qué significaba mirar fijamente —

         sus  ojos  compuestos  hacían  que  esa  idea  le  resultara


         incomprensible—,  percibía  la  atención  que  estaba

         recibiendo y le hacía sentir cohibida.



                Al contrario que las naves boojum en las que servían, las

         estaciones  —Providence,  Kadath,  Leng,  Dunwich  y  las

         demás—  estaban  construidas  por  el  hombre.  La  simetría
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