Page 262 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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         no  estuviese  tan  segura  de  lo  que  afirmaba  con  tanta

         rotundidad.  Y  entonces,  con  un  brusco  movimiento  de


         cabeza  hacia  la  coronel  Sanderson,  como  una  chiquilla

         adolescente, dijo: «Mangosta».



                La  coronel  aún  seguía  mirando  a  Irizarry  de  forma

         penetrante.



                —¿Bien?



                —Dice que es Mangosta.



                Y  lo  cierto  es  que  Sanderson  no  estaba  intentando


         amenazarlo ni jugando a ningún complicado juego político,

         porque su rostro se suavizó con una sonrisa de verdad y

         afirmó:



                —Claro que lo es.



                Irizarry sorbió un dulce trago entre dientes. Pensó en lo

         que Sanderson había dicho, del magnapresa en la Jenny Lid,


         retorciéndose por entre las grietas dilatadas de la realidad

         como un cachorro mortífero y cubierto de espinas desgarra

         una manta.



                —¿Cómo se domestica un magnapresa?



                Ella se encogió de hombros.
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