Page 186 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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una paliza en la fiesta de Navidad. Que no era para


              nada  el  estilo  de  Miranda,  pero  que  era  una


              suposición  cómoda  para  una  dama  de  Nueva


              Atlantis.





                 Cuando su cara recuperó exactamente el mismo


              aspecto que había tenido antes de ir a la tienda,


              empaquetó todo lo que tenía en una bolsa y se fue


              a la ciudad.





                 El distrito teatral tenía su lado malo y su lado


              bueno. El lado bueno era el de siempre y estaba


              donde siempre. El lado malo era más vertical que


              horizontal, siendo un par de viejos rascacielos de


              oficinas  que  ahora  recibían  un  uso  menos


              respetable.  Como  muchas  estructuras  similares


              eran sorprendentemente desagradables a la vista,


              pero desde el punto de vista de las compañías de


              ractivos,  eran  perfectos.  Habían  sido  diseñados


              para  contener  una  gran  cantidad  de  personas


              trabajando lado a lado en una vasta estructura de


              cubículos semi‐privados.





                 —Echémosle un vistazo a tu rejilla, cariño —dijo


              un hombre, que se había identificado como señor


              Fred («no es mi nombre real») Epidermis, después


              de sacarse el cigarro de la boca y darle a Miranda






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