Page 270 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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administrador y un par de camareros les esperaban
en la puerta, haciendo reverencias mientras se
aproximaban.
Al juez Fang le habían criado con Cheerios,
hamburguesas y burritos llenos de fríjoles y carne.
Tenía algo menos de dos metros de altura. Su barba
era muy poblada, se la había dejado crecer durante
un par de años, y el pelo le caía por debajo de los
hombros. Aquellos elementos, más el birrete y la
túnica, y en combinación con el poder que el
Estado le había concedido, le daba cierta presencia
de la que era muy consciente. Intentaba no estar
demasiado satisfecho de sí mismo, porque eso
hubiese ido contra los preceptos de Confucio. Por
otro lado, el confucianismo era un asunto de
jerarquías, y aquellos que se encontraban en
posición superior se suponía que debían
comportarse con cierta dignidad. El juez Fang
podía emplear ese poder cuando era necesario. Lo
usaba ahora para ganarse un sitio en la mejor mesa
en el primer piso, en la esquina, con una buena vista
de una pequeña ventana que daba a los vecinos
jardines de la era Ming. Todavía estaba en la
República Costera, en el medio del siglo veintiuno.
Pero podía haberse encontrado en el Reino Medio
de antaño, y para todo propósito e intención así lo
estaba.
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