Page 272 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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abril, si el agua debía hervir violentamente como


              siempre hacían los patéticos gwailos o limitarse a


              ochenta grados centígrados.





                  Eventualmente, el Doctor X felicitó al juez Fang


              por  su  gorro,  especialmente  por  el  bordado.  Eso


              significada  que  había  notado  el  unicornio  y


              entendido su mensaje, y éste era que el juez Fang


              había  visto  a  través  de  todos  sus  esfuerzos  de


              soborno.





                  No  mucho  después,  la  señorita  Pao  bajó  y


              sintiéndolo  mucho  informó  al  juez  de  que  su


              presencia era urgentemente requerida en la escena


              de  un  crimen  en  los  Territorios  Cedidos.  Para


              evitarle  al  juez  Fang  la  vergüenza  de  dar  por


              terminada  la  conversación,  al  Doctor  X  se  le


              aproximó, momentos más tarde, un miembro de


              su equipo, que le susurró algo al oído. El doctor se


              disculpó  por  tener  que  marcharse,  y  los  dos


              hombres  entraron  en  un  argumento  muy  gentil


              sobre  cuál  de  los  dos  era  más  inexcusablemente


              rudo, y luego sobre quién precedería al otro por el


              puente. El juez Fang acabó yendo primero, porque


              se consideraban sus deberes más importantes, y así


              acabó el primer encuentro entre el juez Fang y el


              Doctor  X.  El  juez  estaba  muy  feliz;  había  salido


              justo como lo había planeado.


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