Page 360 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Hackworth podrían ser infinitamente valiosas para
ellos.
Si eso fuese cierto, entonces Hackworth tenía una
salida. Podría hacer algunos trabajos para el
Doctor. A cambio, él le devolvería el Manual, que
era lo que quería más que nada. Corno parte del
trato, el doctor sin duda encontraría una forma de
eliminar a Chang de la lista de cosas que
preocupaban a Hackworth; la phyle de Hackworth
nunca conocería su crimen.
Los Victorianos y los confucianos habían
descubierto nuevos usos para la sala de espera, la
antesala, o como quiera que se la llamase, y para la
vieja etiqueta de las tarjetas de visita. En ese
sentido, todas las tribus con sofisticación
nanotecnológica comprendían que los visitantes
debían ser examinados cuidadosamente antes de
admitirlos en los santuarios privados, y que tal
examen, ejecutado por miles de ansiosos bichos de
reconocimiento, llevaba tiempo. Por tanto, había
florecido una elaborada etiqueta de sala de espera
y la gente sofisticada de todo el mundo
comprendía que cuando alguien les llamaba,
incluso los amigos íntimos, podían esperar pasar
algún tiempo bebiendo té y mirando revistas en un
salón infestado de equipos invisibles de vigilancia.
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