Page 429 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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Pero aquella noche sólo había una persona en
todo el bloque: un enorme chino con barba corta y
pelo recortado, vistiendo un pijama índigo
tradicional y una gorra de cuero negro, de pie en
medio de la calle con las manos metidas en las
mangas. Dio una buena mirada a Nell y Harv
cuando pasaron corriendo a su lado. Nell no prestó
mucha atención. Se limitaba a correr todo lo que
podía.
—¡Nell! —decía Harv—. ¡Nell! ¡Mira!
Tenía miedo de mirar. Siguió corriendo.
—¡Nell, para y mira! —gritó Harv. Sonaba
rebosante.
Finalmente Nell dobló la esquina de un edificio,
paró, se volvió y miró atrás con cuidado.
Miraba a la calle vacía más allá del edificio donde
había vivido toda su vida. Al final de la calle había
una enorme pantalla de publicidad mediatrónica
que en ese momento pasaba un enorme anuncio de
Coca‐Cola, en el antiguo y tradicional color rojo
usado por la compañía.
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