Page 177 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
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Me sobresalté y me di la vuelta. A mis espaldas
había una mujer de unos cincuenta años, de rostro flaco
y avinagrado, cabellos oscuros y ligeramente canosos,
apoyada en una fregona.
Me atraganté con un bocado de lobio y tosí. Luego
dejé el tenedor sobre la mesa.
—¿Toda la verdad?
—Pues claro que no. No dice que todas las puertas
estaban cerradas y que la llave estaba puesta en el
cerrojo por la parte de dentro. Ni que encontraron como
mínimo cinco litros de sangre en el suelo, como si le
hubieran arrancado todas las entrañas. Ni que se
encontró un rastro de sangre de unos diez metros como
si hubieran arrastrado el cadáver por la oficina, y que el
rastro se interrumpía de pronto... —Se detuvo y añadió
con voz ponzoñosa—: Ni que ahora ya no tenemos
ningún cliente, aparte de los agentes de la policía y los
periodistas.
—¿Y usted cómo sabe todo eso?
—Ya se lo he dicho: mientras hicieron las
investigaciones bajaban a comer todos los mediodías.
Los oficiales no decían nada, claro está, pero los agentes
jóvenes que montaban guardia no podían tener la boca
cerrada. Había uno que estaba entusiasmado con Lena.
En cualquier caso le contó unas cuantas cosas. ¿Eh que
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