Page 197 - Sumerki - Dmitry Glukhovsky
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D Dm mi it tr ry y   G Gl lu uk kh ho ov vs sk ky y                                                                                                                              S Su um me er rk ki i   ( (C Cr re ep pú ús sc cu ul lo o) )


           repente,  para  mí,  en  obligación,  como  si  me  hubiera

           separado de mi grupo durante un viaje turístico por la

           selva  tropical,  me  hubiese  perdido  y  hubiera  dado


           vueltas durante un mes entero entre cenagales, lianas y

           sapotáceas.


                  Caminé sin detenerme, disfruté del frío, escuché los


           agradables  crujidos  bajo  mis  suelas  y  miré  con

           detenimiento las huellas que dejaban mis botas sobre la


           capa de nieve. Procuré que quedaran marcadas hasta el

           fondo  para  que,  a  través  de  ellas,  se  viera  el  asfalto

           negro, y me esforcé por dejarlas a intervalos regulares.


           Son  estas  acciones  simples,  sin  sentido,  las  que  nos

           permiten librarnos de la basura que hemos acumulado

           en la cabeza.









                  En  ese  mismo  instante,  cuando  pensaba  que  la

           nieve y la mañana moscovita me habrían curado de mi


           manía,  levanté  la  mirada  del  suelo  que  tenía  bajo  los

           pies...  y  me  quedé  alelado:  una  pirámide‐templo  se

           erguía ante mí.


                  Se veía casi igual que en las ilustraciones del libro


           de  Yagoniel  y  en  las  fotografías  de  un  investigador

           británico  que  Kümmerling  había  hecho  reproducir  en

           Los  misterios.  Sin  embargo,  los  dibujos  eran



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