Page 111 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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acompañante.  Tocaban  música  ligera.  No  se  apar‐

              taba Steve de su pensamiento. ¡Su hermano era ju‐

              gador! Y arrastraba una vida mísera el desdichado,


              según  le  había  dicho  Hawkes.  Se  preguntaba  si

              Steve  querría  volver  a  la  nave,  y  qué  pasaría  si

              Steve se negaba a volver.


                   Se  decía  con  tristeza  que  estaba  muerta  la  an‐

              tigua  camaradería.  Durante  diecisiete  años  habían


              compartido todas las cosas; lo que era del uno era

              del otro. Habían crecido, jugado y trabajado juntos.

              Hasta hacía seis semanas habían estado tan unidos,


              que  Steve  adivinaba  los  pensamientos  de  Alan  y

              Alan los de Steve, Se avenían mucho los dos.


                   Pero todo eso había terminado ya. Steve sería un

              extraño a bordo de la Valhalla, un hombre con más

              años y más experiencia — la experiencia adquirida


              en  nueve  años  de  mal  vivir  en  la  Tierra.  Vería  en

              Alan  un  chiquillo,  un  palurdo;  eso  era  natural.  Se

              sentirían molestos en presencia el uno del otro; ya


              no existiría entre ellos la familiaridad de antes, tan

              próxima a la telepatía. Los separaría aquel abismo

              de nueve años.


                   —¿Estás  pensando  en  tu  hermano?  —  le  pre‐

              guntó Hawkes.


                   —Sí. ¿Cómo lo ha adivinado usted?

                   —Un jugador ha de tener imaginación. Todo el



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