Page 129 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
P. 129

El vino le hizo entrar ganas de hablar a Alan.

                   Estuvo conversando con su nuevo amigo hasta

              las  tres  de  la  madrugada.  Escuchaba  lo  que  decía


              Hawkes  con  el  mismo  deleite  con  que  se  bebía  el

              vino de Antares XIII. El tahúr era un hombre com‐

              plejo, polifacético. Debía de haber estado en los más


              diversos lugares de la Tierra y hecho todo lo que en

              ese planeta se podía hacer. Y no había jactancia en


              el  tono  con  que  hablaba  de  sus  proezas.  No  hacía

              más que contar sus aventuras como si ello fuera la

              cosa más natural del mundo.


                   En  el  juego,  venía  a  ganar  cada  noche  mil  cré‐

              ditos.  Pero  había  acentos  de  queja  en  su  voz.  Los


              repetidos triunfos que alcanzaba le fastidiaban. Ha‐

              bía satisfecho todos sus deseos, y nada más podía

              ambicionar.  Era  el  rey  de  los  jugadores  profesio‐


              nales. Ya no quedaban mundos que él pudiera con‐

              quistar.  Había  visto  todo  lo  que  había  que  ver  y

              hecho todo lo que se podía hacer, y se lamentaba de


              ello.

                   —Quisiera ir al espacio algún día —manifestó—;

              pero esto es un sueño. Este año no puede ser. No


              sabes tú lo que yo daría por ver los soles que hay

              sobre  Albirea  V  o  por  contemplar  las  lunas  de


              Capela XVI. No me es posible hacerlo. Mejor es no

              soñar.  Me  gusta  la  Tierra  y  también  el  género  de



                                                          128
   124   125   126   127   128   129   130   131   132   133   134