Page 125 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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El  tahúr  se  acercó  a  la  taquilla  para  sacar  los

              billetes.

                   —No acabo de entender eso, señor Hawkes.


                   —Los listos viven a expensas de los tontos, y los

              que a mí me dan de comer no volverían a la casa de

              juego  si  yo  no  hiciera  eso.  Yo  conozco  este  juego


              como nadie. Puedo decir que soy el mejor jugador

              que  hay  en  esta  ciudad.  Mis  manos  sienten  los


              números, y, si yo quisiera, ganaría cuatro de cada

              cinco jugadas, aun en un local de la categoría A.

                   Alan frunció el ceño.


                   —¿Por qué no lo hace usted? Podría ser rico.

                   —Soy  rico  —replicó  Hawkes  en  un  tono  que


              desconcertó a Alan—. Si pretendiera hacerme más

              rico en poco tiempo, podría enfadarse algún cliente

              y meterme cuatro balas en la barriga. Contéstame a


              esto, niño: ¿volverías tú a un casino en que un solo

              jugador  se  llevase  el  ochenta  por  ciento  de  las

              ganancias? Te consentirían eso un mes quizá, pero,


              después,  o tendrías  que retirarte o atenerte a las

              consecuencias. Mi táctica es mejor. Les dejo ganar la

              mitad  de  las  veces.  Yo  no  necesito  todo  el  dinero


              que fabrica la Casa de la Moneda; con una pequeña

              parte  de  él,  me  conformo.  Con  ese  régimen


              económico,  que  es  esencial  en  este  juego,  gano  yo

              más dejando ganar de vez en cuando a los otros.



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