Page 155 - STARMAN'S QUEST - Silverberg Robert
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—El tubo nos conducirá al Bulevar Carhill —dijo

              el tahúr—. Después tomaremos el autobús para ir al

              Recinto y al espaciopuerto.


                   El  viaje  duró  cerca  de  una  hora.  Steve  iba

              sentado  entre  Alan  y  Hawkes.  El  cuerpo  del  dor‐

              mido se movía de un lado a otro sin que Steve se


              despertase. Lo raro fue que esto no llamase la aten‐

              ción  ni  en  el  coche  del  tubo  ni  en  el  autobús.  Al


              parecer  los  habitantes  de  la  Tierra  eran  muy  des‐

              preocupados. En la ciudad de York a nadie parecía

              importarle si lo que llevaban Alan y Hawkes era un


              hombre desmayado o un cadáver. El autobús pasó

              por  el  puente  y  atravesó  el  Recinto  para  ir  al


              astropuerto. Alan no vio a ningún conocido en las

              calles del Recinto.

                   El astropuerto era un bosque de naves que des‐


              cansaban  sobre  la  cola,  esperando  el  momento  de

              salir.  Muchas  de  ellas  eran  naves  de  carga,  tripu‐

              ladas sólo por dos hombres, que iban de la Tierra a


              las colonias establecidas en la Luna, en Marte y en

              Plutón.  Alan  se  alzó  sobre  las  puntas  de  los  pies

              para  echar  una  mirada  al  dorado  casco  de  la


              Valhalla. No pudo ver su nave. Pensó el joven que,

              puesto que tenía que salir el sábado, la tripulación


              estaría  trabajando  para  ponerla  en  condiciones  de

              realizar el viaje.



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