Page 373 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
P. 373
—No pasa nada —dijo Tak. Sidra vio que le
empezaban a picar los ojos. Las cosas siempre podían
ir a peor.
Tak llevó al kit a una esquina silenciosa, lejos de los
fumadores. Sidra sentó el kit. La hiperventilación
cesó. Todo lo que quedó fue la sobrecogedora
sensación de vergüenza. Prefería hiperventilar.
—Lo siento muchísimo —susurró.
—No es… culpa tuya —repuso Tak; el volumen de la
fonocaja descendió automáticamente—. Yo te
presioné. Soy yo quien lo siente. Me dijiste… cómo
estabas cómoda, y yo… debería haberlo… respetado.
—Tranquilo —dijo Sidra; le cogió la mano con la del
kit—. Fue divertido al principio. Me gustó. Es que…
—El kit se llevó las manos a la cara—. Estrellas, estoy
tan cansada de complicarte las cosas siempre.
Tak bufó.
—A ver, eso… no es verdad. Hemos… estado en…
cuántas fiestas…
—Ocho.
—Era retórica, pero… gracias. Esta es… la primera
vez… que pasa esto. También es… la primera vez…
que alguien… te asusta… mientras bailas. Así que,
para la próxima… ya sabemos… qué evitar.
373

