Page 570 - Una orbita cerrada y compartida - Becky Chambers
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—Ha quedado fantástico, Azul —dijo Sidra tras la
barra. Su núcleo corporal siguió con el enredo de
botellas.
Azul sonrió a la mascotabot.
—Me alegro de que te guste —dijo.
Eran seis en total, y Lechuza los veía a todos mientras
iban de aquí para allá por el agradable
establecimiento. Estaba el gato, por supuesto, y el
conejo, que daba saltitos detrás de Tak. El dragón
deambulaba por la parte trasera del almacén,
comprobando de nuevo el inventario. La tortuga
estaba en su puesto permanente junto al nodo de
Enlaces, al que estaba conectada directamente. Los
otros dos (la araña gigante y el mono) estaban en la
ventana de la habitación arriba, los dos concentrados
en el exterior de la calle desde un ángulo distinto.
Para los futuros clientes, las mascotabot no serían
más que una colección extravagante y cursi que le
daba al local cierto encanto (muy parecido a los
paneles de vídeo de Lechuza en las paredes; le
pareció divertidísimo descubrir que ahora se
consideraban retro). En realidad, las mascotabot
estaban conectadas a una red, y Sidra se dividía entre
todas ellas; las usaba como Lechuza usaba las
cámaras en las esquinas. Nadie más aparte de los tres
sapientes que estaban con ellos sabrían que el rostro
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